7 Los gobernadores proveían un mes cada uno al rey Salomón y a
todos los que se acercaban a la mesa de Salomón, de modo que nada
les
faltara.
8 Llevaban la cebada y la paja para los caballos y los animales de tiro
al lugar donde él estaba, cada uno según su turno.
9 Dios concedió a Salomón sabiduría e inteligencia muy grandes y un
corazón tan dilatado como la arena de la orilla del mar.
10 La sabiduría de Salomón era mayor que la sabiduría de todos los
hijos de Oriente y que toda la sabiduría de Egipto.
11 Fue más sabio que hombre alguno, más que Etán el ezrajita, que
Hemán, Kalkol y Dardá, hijos de Majol; su nombre se extendió por todos
los pueblos circunvecinos.